La programación inicial se llevó a cabo en el Parque Principal y estuvo precedida por una importante reflexión expuesta por el padre Saul Trujillo y una oración de bendición especial dada a los presentes. Seguidamente se dio inicio al acto cultural ofrecido a los festejados, participando la Banda Municipal Ntra. Sra. de las Mercedes y el Grupo de Teatro conformada por talentosos niños de la Escuela José Antonio Chávarro, culminando con la entrega de unos detalles consistentes en un par de zapatos y hacia el mediodía se les ofreció un apetitoso almuerzo llevado a cabo en la Finca Recreacional El Jardín, donde continuó la celebración con la realización de concursos y demás actividades muy merecidas para estas admirables y respetables personas, quienes expresaron su especial agradecimiento a la primera dama señora Paulita Chávarro con la dedicación de coplas, poesías y canciones.
ORACIÓN DE LA TERCERA EDAD
Señor, enséñame a envejecer, hazme comprender que la comunidad no tiene la culpa si ya no me encomiendan responsabilidades ni piden mi opinión y ha llamado a otros para que ocupen mi lugar.
Aleja de mí el orgullo de la experiencia vivida y la convicción de “yo soy necesario”… Que yo me aferre solo a la ley del tiempo mientras poco a poco me voy desprendiendo de las cosas y me doy cuenta que en este turnarse de tareas, descubro una de las experiencias más interesantes de la vida que es estar viviendo todavía.
Oh Señor, que yo pueda ser útil todavía, contribuyendo con el optimismo, la oración, la alegría y el entusiasmo de quienes están viviendo la juventud, ayúdame a vivir un estilo humilde y sereno.
Señor Jesús perdona si solamente hoy en la tranquilidad logro comprender todo lo que tu me has amado y socorrido, que al menos ahora yo tenga viva y penetrante la percepción del destino de gozo que me haz preparado y hacia el cual me haz encaminado desde el primer día de mi vida… Señor enséñame a envejecer.
Señor, enséñame a envejecer, hazme comprender que la comunidad no tiene la culpa si ya no me encomiendan responsabilidades ni piden mi opinión y ha llamado a otros para que ocupen mi lugar.
Aleja de mí el orgullo de la experiencia vivida y la convicción de “yo soy necesario”… Que yo me aferre solo a la ley del tiempo mientras poco a poco me voy desprendiendo de las cosas y me doy cuenta que en este turnarse de tareas, descubro una de las experiencias más interesantes de la vida que es estar viviendo todavía.
Oh Señor, que yo pueda ser útil todavía, contribuyendo con el optimismo, la oración, la alegría y el entusiasmo de quienes están viviendo la juventud, ayúdame a vivir un estilo humilde y sereno.
Señor Jesús perdona si solamente hoy en la tranquilidad logro comprender todo lo que tu me has amado y socorrido, que al menos ahora yo tenga viva y penetrante la percepción del destino de gozo que me haz preparado y hacia el cual me haz encaminado desde el primer día de mi vida… Señor enséñame a envejecer.
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